Estamos realizando un trabajo voluntario, no sólo por los animales sino también por las personas. Una buena persona se distingue por su nobleza de sentimientos y su capacidad de compasión, es decir, la gente buena sufre cuando ve sufrir un pobre animal.
Seguiremos actuando a favor del buen trato, sensibilizando y educando, destinando buena parte de nuestros ingresos para “parchar” el problema del abandono animal y exigiendo que nuestras autoridades asuman su parte de responsabilidad.
También seguiremos informando a la red de organizaciones y ciudadanos con quienes colaboramos y tratamos de producir cambios hacia una “cultura de paz”.
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